lunes, 26 de febrero de 2007

El Arte Friki

Tiempo hace ya que la palabra friki es conocida por la mayor parte de la juventud. Esta palabra es normalmente empleada para designar a las personas con gustos o aficiones fuera de lo común, y proviene del inglés "freak", es decir, "raro" o "monstruo". Aunque también se utiliza en otros contextos, el uso más extendido es el de referirse a un aficionado a los cómics, la animación, los videojuegos, los juegos de rol... En definitiva, al aficionado a la cultura y el ocio actuales. Al principio era muy peyorativo y, de hecho, el término lo es, pero, con el tiempo, los propios aficionados abrazaron la palabra y se empezaron a enorgullecer de ella. Los frikis empezaron a estar orgullosos de ser monstruos.

Por otra parte tenemos la palabra otaku, que viene de Japón y significa "obsesionado" o "enfermo". Se emplea básicamente para lo mismo que "friki", pero, en este caso, se refiere a los aficionados al manga (cómic japonés), el animé (animación japonesa) y la cultura nipona en general. También es un término muy peyorativo, pero, con el tiempo, igualmente se terminaron identificando con él los propios aficionados a los que iba dirigido. Los otakus empezaron a sentirse orgullosos de estar obsesionados.

Ésto no es realmente malo: es una buena forma de plantar cara a una sociedad ignorante que rechaza lo que desconoce sin que le importe que se trate de un pilar clave para la cultura y el arte actual. Si ser raro significa ser culto, entonces me enorgullezco de ello. Llámame friki, porque lo soy. Aunque otaku ya no me gusta tanto que me lo digan, porque no sólo no me considero un obsesionado, sino que encima se refiere únicamente a lo japonés del mundo friki.

Sea como sea, este encasillamiento social afecta al objeto de nuestra afición. Puede que sus ventas vayan bien, pero está aislado del mundo al que debiera pertenecer: el mundo del arte. Tanto el cómic (una combinación del dibujo y la literatura), la animación (imágenes consecutivas que forman movimiento, como el cine), los videojuegos (hoy en día potencialmente más envolventes que cualquier película) o el juego de rol (una variante del arte dramático que mezcla a su vez la literatura), entre otros, están injustamente apartados del panorama artístico actual. Esto es debido a que son considerados meros artículos de ocio y subvalorados hasta el punto de ser completamente desacreditados como arte por gran parte de la sociedad. Y eso es absurdo.

Podría ponerme a filosofar acerca de lo que puede llegar a transmitir un cómic, una película de animación, un videojuego o una buena partida a un juego de rol, pero en lugar de ello emplearé un argumento mucho más sencillo y rápido: el ejemplificador. Los cuatro ejemplos que he dado antes están compuestos por dos artes o más que sí están reconocidas. El cómic, por la literatura y el dibujo o la pintura, la animación, por el cine y el dibujo o la pintura, el videojuego, por el cine y, o bien el dibujo o la pintura (en el caso de los juegos en 2D) o bien la escultura y la arquitectura (en los juegos 3D), y el juego de rol por el arte dramático y la literatura. Si aceptamos todas esas conocidas expresiones artísticas como arte, ¿por qué no reconocer como arte las expresiones nacidas de su unión?

Lo que ocurre es que, en su mayoría, son artes que han precisado del avance de la tecnología para nacer (el caso del juego de rol es el más incomprensible) y ahora a la sociedad banal y conservadora le cuesta asimilarlas. Pero es preciso que sean aceptadas pronto, porque son la clave para la evolución del arte. La pintura, la escultura, la arquitectura... todas esas artes son también interesantes, pero no tienen derecho a mostrarse superiores a las nuevas de hoy en día. ¿Es que la gente no se da cuenta de que el mundo digital es el futuro? Dentro de nada la pintura y la escultura pasarán eminentemente al formato digital, y entonces serán los diseñadores de videojuegos los que tomarán el relevo. Y es tan sólo un ejemplo.

3 comentarios:

Ovi-One dijo...

Genial el artículo.

Esto ya lo hemos comentado, incomprensiblemente algunos artes están mejor considerados que otros y, es más, la marginación cobra poder en cuanto nos acercamos a algo que es entretenimiento juvenil o infantil. O ni eso, que simplemente es reconocido como tal.

Ahí entra el cómic, la animación, los videojuegos y los juegos de rol, entre otras muchas cosas. Porque vamos, lo peor es que en este país se sigue una frase con fervor: -Los dibujitos son para niños. Y así estamos, estancados, como si V de Vendetta, Supreme Power, Hellblazer o Death Note no tuvieran más profundidad que el 80% de los best-sellers actuales.

Y así seguiremos, menos mal que poco a poco hay una normalización que quizá se ensanche con el tiempo.

superPJ/shinichi dijo...

sip señor un señor articulo de pies a cabeza tambien a que mencionar que la salvacion de la animacion tracicional son los japoneses, ya que las empresas americanas ya solo anima en 3D y no s ecome el tarro con argumentos mientras pongas unas cuantas sitiaciones peliagudas humor adulto entre comillas que lo nenes no se entere qu quiere que dija para mi una peli original que vi en el 2006 fue el castillo ambulante y esperando las proxima.

Daicon-X dijo...

Sí, podriamos decir que el anime es la salvacion para los que amamos la buena animacion, pero todavía me duele en el alama la chapuza de animacion que ha hecho Toei con la saga Inferno de hades de Saint Seiya, han habido momentos que estaba viendo un nuevo genero el ¨Amerianime¨ (que no amerimanga.

Superpj, te recomiendo que veas The Wings of Honneamise, salió al mismo tiempo que Akira y esta la eclipso, pero si de verdad te gusta la animación tradicional cell a cell disfrutarás como un enano ;).