El héroe más grande de todos los tiempos

Hay héroes de todos los colores, y de todas las gamas de los colores, y de todo tipo de material cromático. Tenemos a los superhéroes rojiazules de la América septentrional y a los tradicionales superluchadores de extremo oriente, que se enfrentan a las poderosas fuerzas extraterrestres mediante ondas de energía vital relacionadas con tortugas. Pero los auténticos héroes de la era del consumismo, y los únicos que realmente siempre están ahí (especialmente en épocas navideñas, y al decir "ahí" me refiero a junto la falda de su mamá, tirando de ella y haciendo uso de sus técnicas de combate psicológico), son los peques (y, de hecho, también a veces, los no tan peques) que siguen, regalo tras regalo, las siempre innovadoras aventuras del Hombre de Acción. ¿Qué? Si ellos han traducido el eslogan (con lo imponente que quedaba en inglés) yo puedo traducir el nombre del producto.



Traído al mundo por la empresa británica Palitoy Ltd, el Hombre de Acción comenzó a venderse en 1966 como contrapartida inglesa de los G.I. Joe estadounidenses, transmitiendo (o tratando de transmitir) un fuerte sentimiento patriótico con su temática militar del Reino Unido. Los Hombres de Acción eran como los James Bond de infantería. Sólo oír esta última frase sería suficiente para quitarle las ganas a cualquiera de saber nada acerca de ellos: quizá por eso perdieron la popularidad y dejaron de fabricarse en 1984.



Sin embargo, en la década de los noventa, los Hombres de Acción volvieron a grito de "Action Man, The Greatest Hero of Them All" y se hicieron un huequecito en los corazones de los niños de una generación cuya adrenalina ya estaba más que desarrollada con la llegada de la animación japonesa (en cuyo caso venía a grito de "Kame hame ha") y la revolución de los videojuegos (para la cual la mejor palabra que podríamos escribir sería "Bang").

Antes he dicho que los Hombres de Acción serían como James Bond pero de infantería. Eso no es del todo cierto: no sólo había de infantería, sino que también se vendían especialistas pilotos de aviación, marineros... Y, con su retorno, trajeron una cantidad ingente de equipamientos diferentes para un muñeco que siempre era el mismo. Los Hombres de Acción fueron submarinistas, paracaidistas, cazadores, ninjas e incluso patinadores. El surtido se ha venido haciendo casi infinito con el paso del tiempo. Pero todo ello era necesario para nuestros Hombres de Acción, ya que debían detener al Dr. X, el villano científico demente que se le debía llamar demente porque nunca eran comprensibles los experimentos que estaba llevando a cabo. ¿Dr. X, por qué estás talando todos esos árboles?

Y pasó más tiempo, y la magia del márketing dio a luz a videojuegos de Action Man, al cómic de Action Man, a la serie de animación de Action Man (que, por cierto, daba unos consejos de lo más prácticos), al Auténtico Coche De Action Man Que Tira Misiles Por Delante, y un largo etcétera.